Posicionamiento del Diputado Federal Gonzalo Gómez Alarcón

«Todo trabajo que eleva a la humanidad tiene dignidad e importancia, y debe emprenderse con minuciosa excelencia.»

Martin Luther King

Reforma al Artículo 123 Constitucional

HONORABLES MIEMBROS DEL CONGRESO DE LA UNIÓN

CON SU VENIA SEÑOR  PRESIDENTE.

Compañeras y compañeros legisladores, pueblo de México:

Me presento ante esta tribuna para hablar sobre un tema crucial para el bienestar de millones de mexicanos: “los derechos laborales y la justicia en la remuneración”. Hoy debatimos una reforma al artículo 123 constitucional, un pilar que ha garantizado históricamente los derechos de los trabajadores en nuestro país. La reforma que discutimos hoy, lejos de ser un ajuste menor, “representa un avance fundamental para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora” y reconocer el valor de sectores esenciales que son columna vertebral de nuestra sociedad.

El artículo 123 ha sido una de las grandes conquistas sociales de nuestra Constitución. Sin embargo, la realidad económica de México y el mundo ha cambiado, y con ello las demandas y necesidades de nuestros trabajadores. Las circunstancias actuales nos exigen actualizar nuestro marco constitucional para proteger los derechos laborales en un contexto de inflación, precarización y cambios estructurales en sectores fundamentales como la educación, la seguridad y la salud.

  1. Protección del poder adquisitivo: el salario mínimo y la inflación

El primer cambio esencial que propone esta reforma es garantizar que la fijación y revisión de los salarios mínimos generales o profesionales nunca estará por debajo de la inflación observada durante el periodo de su vigencia. En palabras simples, esto significa que el salario mínimo no puede perder valor real frente al incremento de precios en la economía.

Compañeras y compañeros, sabemos que la inflación no es un fenómeno abstracto. La inflación es la causa por la cual millones de familias mexicanas ven cómo su poder adquisitivo disminuye año tras año. Es la razón por la cual los alimentos básicos, los servicios, el transporte y la vivienda se encarecen, afectando principalmente a quienes menos tienen. Hoy, como legisladores, tenemos la oportunidad de proteger a los trabajadores de esta realidad y de asegurar que su esfuerzo laboral sea valorado y que les permita mantener una calidad de vida digna.

Es necesario recordar que el salario mínimo en México ha estado históricamente rezagado, especialmente cuando lo comparamos con otras economías en la región latinoamericana. Este rezago ha tenido consecuencias serias: millones de personas trabajan jornadas largas y arduas, pero no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Esta reforma ofrece una solución estructural a este problema, asegurando que el salario mínimo siempre esté actualizado de acuerdo con los índices inflacionarios.

Pero no se trata solo de proteger el salario mínimo de la inflación. Esta reforma también envía un mensaje claro: el salario mínimo es un derecho y no debe utilizarse como referencia o unidad para fines ajenos a su naturaleza. Al prohibir su uso con fines ajenos, estamos fortaleciendo su carácter como un instrumento de justicia social.

  1. Reconocimiento y dignificación de los sectores esenciales

El segundo gran cambio que introduce esta reforma es el reconocimiento y la mejora en las condiciones salariales de sectores clave para el funcionamiento de nuestra sociedad: maestras y maestros de nivel básico, policías, guardias nacionales, integrantes de la Fuerza Armada permanente, así como médicos y enfermeros. Estos grupos, que desempeñan labores esenciales en el bienestar y seguridad de nuestro país, percibirán un salario mensual que no podrá ser inferior al salario promedio registrado ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Este es un paso importantísimo para dignificar las profesiones más fundamentales en nuestra sociedad. Pensemos en los maestros y maestras de nivel básico, quienes no solo educan a las futuras generaciones, sino que también desempeñan un rol crucial en la construcción de un mejor país. Sin embargo, en muchas regiones, su salario no refleja la importancia de su labor. Esta reforma asegura que reciban una remuneración justa, acorde con el esfuerzo y dedicación que implica su tarea de formar a los ciudadanos del mañana.

Del mismo modo, hablamos de las y los policías, guardias nacionales y miembros de la Fuerza Armada permanente. Son ellos quienes, en momentos de crisis o peligro, están en la primera línea de defensa. Su labor es garantizar la seguridad y el orden público, muchas veces en condiciones complejas y arriesgadas. Es nuestra obligación como legisladores reconocer su sacrificio con un salario digno que les permita desempeñar su trabajo con dignidad y seguridad económica.

Y qué decir del personal médico y de enfermería. Los últimos años han demostrado la importancia crítica de estos profesionales. Frente a la pandemia, fueron ellos quienes arriesgaron sus vidas para protegernos. No podemos permitir que quienes cuidan de nuestra salud sean mal remunerados o desatendidos. Esta reforma representa un reconocimiento no solo a su labor, sino a su valor incalculable para el bienestar social.

  1. Implicaciones para el bienestar social y la estabilidad económica

Compañeras y compañeros, esta reforma va más allá de un simple ajuste salarial. Lo que estamos discutiendo aquí es el futuro de nuestro país, el bienestar de nuestras familias y la justicia para quienes sostienen nuestra nación con su trabajo. Garantizar salarios mínimos que estén alineados con la inflación y otorgar salarios justos a quienes desempeñan labores esenciales es una inversión en la estabilidad económica y social de México.

Un salario justo no solo beneficia a los trabajadores, sino también a la economía en su conjunto. Mayor poder adquisitivo significa mayor consumo, lo que dinamiza la economía, fomenta el crecimiento y reduce la desigualdad. Cuando los trabajadores tienen la certeza de que su salario no perderá valor ante la inflación, pueden planificar su futuro, invertir en su educación, en la salud de sus hijos y en mejorar su calidad de vida. Esta seguridad económica también contribuye a la paz social, ya que una sociedad con menos desigualdad es una sociedad más estable y próspera.

Por otro lado, la dignificación de las profesiones esenciales ayuda a fortalecer el tejido social. Asegurando salarios justos a maestros, policías, personal de salud y fuerzas armadas, no solo reconocemos su valor, sino que también enviamos un mensaje claro: en México, el trabajo duro y esencial será siempre recompensado.

Conclusión: Un paso hacia la justicia laboral y social

Esta reforma al artículo 123 de la Constitución es, en esencia, una propuesta de justicia. Es un reconocimiento al valor del trabajo en todas sus formas y un compromiso para asegurar que nadie en México trabaje por un salario injusto o insuficiente. También es una muestra de que este Congreso está comprometido con la dignidad, el bienestar y la estabilidad de los trabajadores y trabajadoras que, con su esfuerzo diario, construyen este país.

Les pido, colegas, que apoyemos esta reforma. Votemos a favor de una legislación que reconoce el valor del trabajo, que protege a los más vulnerables y que nos impulsa hacia una sociedad más justa y equitativa. El futuro de México depende de nuestras decisiones hoy, y hoy tenemos la oportunidad de hacer lo correcto.

Es cuanto.

Este posicionamiento extendido profundiza en las implicaciones sociales y económicas de la reforma, resaltando la importancia de salarios justos como un motor para la estabilidad social y el crecimiento económico, y subrayando la necesidad de dignificar a los trabajadores en sectores clave.

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