Seguridad Social: Pilar Fundamental de la Protección de Derechos, Bienestar y Desarrollo de Nuestra Sociedad

Seguridad Social: Pilar Fundamental de la Protección de Derechos, Bienestar y Desarrollo de Nuestra Sociedad

La seguridad social es un concepto que trasciende la simple protección ante riesgos económicos. En el corazón de este sistema, se encuentra la esencia de los derechos humanos y el bienestar colectivo. Para muchos, la seguridad social se asocia a prestaciones y ayudas económicas; sin embargo, su significado e impacto son mucho más profundos. En el contexto actual, donde los desafíos son cada vez más complejos y variados, resulta vital reafirmar su importancia como un pilar fundamental en la protección de derechos, bienestar y desarrollo de nuestra sociedad.

El diputado federal Amarante Gonzalo Gómez Alarcón ha destacado la responsabilidad y la oportunidad que el presente nos ofrece para construir políticas públicas que aborden no solo las necesidades del presente, sino que también anticipen los desafíos futuros que enfrentaremos. Esta visión proactiva es esencial en un mundo donde los cambios sociales, económicos y tecnológicos suceden a un ritmo vertiginoso. La construcción de un sistema de seguridad social robusto no es solo una cuestión de justicia social; es una medida fundamental para asegurar la estabilidad y cohesión de la sociedad.

La historia de la seguridad social en nuestro país demuestra que hemos recorrido un largo camino. Desde 1917, cuando se incorporó por primera vez el concepto de seguridad social en la Constitución, se ha avanzado en múltiples frentes. Sin embargo, a pesar de los logros alcanzados, como la reforma a las pensiones en 2020, que busca garantizar pensiones dignas a largo plazo, aún quedan desafíos significativos. La sostenibilidad del sistema de pensiones es uno de los más apremiantes. La jubilación de una población que envejece rápidamente, combinada con la baja tasa de cotización de nuevos trabajadores, plantea un reto que requiere atención y acción inmediata.

Otro de los desafíos que se señalaban es la necesidad de ampliar la cobertura de salud, especialmente hacia la población informal. En un país donde una proporción significativa de la fuerza laboral opera en la informalidad, es crucial desarrollar políticas que garanticen el acceso a servicios de salud de calidad para todos. La creación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) es un paso en la dirección correcta, pero aún queda trabajo por hacer para que este modelo alcance a todos aquellos que necesitan atención y no están afiliados a los sistemas tradicionales. Este acceso universal es un derecho humano y un imperativo moral: nadie debería morir o sufrir por carecer de atención médica adecuada.

Aunado a esto, es esencial mejorar la calidad de los servicios de seguridad social. No basta con ampliar la cobertura si los servicios prestados no cumplen con los estándares necesarios. La calidad es un factor que determina la efectividad del sistema y, por ende, la confianza de la población en él. Un sistema que no brinde atención de calidad, por más universal que sea, no logrará el objetivo de mejorar el bienestar de sus beneficiarios.

La labor del legislador y del gobierno no se limita a la creación de leyes y programas. Es fundamental que exista un compromiso genuino hacia la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana en el proceso de construcción de políticas. La inclusión de voces diversas en la toma de decisiones garantiza que se consideren las realidades y necesidades de todos los sectores de la población, especialmente de aquellos en situaciones de vulnerabilidad. El diálogo, la colaboración entre diferentes actores y la mirada puesta en el futuro son imperativos para fortalecer el sistema de seguridad social.

A medida que se integran estas políticas, también se debe considerar el impacto de la tecnología en la seguridad social. La digitalización y el acceso a la información pueden ser herramientas potentes para mejorar la gestión y entrega de servicios. Sin embargo, es fundamental garantizar que la tecnología sea accesible para todos, para evitar que se profundicen las desigualdades existentes. También se debe velar porque la gestión de datos y la privacidad de la información de los ciudadanos estén protegidas adecuadamente.

La seguridad social es una cuestión que nos concierne a todos, independientemente de nuestra condición económica o laboral. Es un mecanismo que permite construir una sociedad más justa, equitativa y solidaria. La responsabilidad de avanzar hacia un modelo inclusivo y sostenible recae en cada uno de nosotros. Las decisiones que se tomen hoy definirán la calidad de vida de futuras generaciones.

En conclusión, la seguridad social debe ser vista no solo como un conjunto de políticas o programas, sino como un pilar indispensable de nuestra convivencia social. La pregunta que nos debemos hacer es: ¿cómo podemos contribuir a fortalecer este pilar para que no solo proteja derechos, sino que fomente el bienestar y el desarrollo integral de toda la sociedad? Con trabajo colaborativo, compromiso y una mirada hacia el futuro, es posible construir un sistema de seguridad social que garantice una vida digna para todos. La historia nos enseña que el camino hacia una sociedad más justa es posible; ahora, la responsabilidad está en nuestras manos.

Enlace estatal de aire PT (Jalisco)

Lic. Leonor Vázquez Valeriano

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