- Amenazas de la nueva administración en EU son un reto, pero también la oportunidad de fortalecer los lazos entre la UE y México: dip. Pedro Vázquez
En el marco de la XXXI Reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta México – Unión Europea (UE), durante la cuarta sesión de trabajo “Retos para la Unión Europea y México, ante un complejo escenario global”, el diputado federal, Pedro Vázquez González aseveró que, hoy más que nunca, tanto nuestro país, como la UE, comparten un deber necesario: defender la democracia, el derecho internacional y la paz.
Al hacer uso de la palabra, el legislador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT) también hizo un fuerte llamado para hablar con toda la claridad, pero, sobre todo, actuar con decisión y con consciencia colectiva para evitar un genocidio, como el que actualmente está ocurriendo en la Franja de Gaza y garantizar el respeto al derecho internacional humanitario.
“Cada uno de los 2.1 millones de palestinos está en riesgo de hambruna y uno de cada cinco, se enfrenta a la inanición; ello es signo de nuestro fracaso colectivo y de no llevar a cabo esta cooperación, habría otras graves consecuencias, como el debilitamiento del sistema internacional del mundo basado en normas, por lo que los desafíos que se enfrentan son reales, concretos y estructurales”, detalló.
De la misma forma, aseguró que las amenazas de la nueva administración en los Estados Unidos, no son un accidente, sino que son consecuencia de una debilidad internacional que fue creciendo y pasó inadvertida, por lo que, si bien éstas son otro reto, también implican una importante oportunidad de diversificar las relaciones económicas, así como fortalecer y profundizar los lazos entre la UE y México.
Finalmente, el también presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, realizó precisiones en torno a la Reforma Judicial implementada en México y explicó que ésta obedeció a un llamado de la población para eliminar la corrupción, el nepotismo y vincular a la sociedad con la impartición de justicia, toda vez que ésta, históricamente, ha sido racista, clasista, misógina y profundamente antidemocrática.
“Se trata de un ejercicio democratizador en la impartición de justicia. Es un ejercicio que no es infalible, pero procura la democratización, la inclusión, la imparcialidad y el respeto a los derechos humanos, como parte de la consolidación de un Estado social de Derecho en México”, concluyó.